21.05.2010

Recorrido

Cuando regreso de trabajar, ya no hay luz natural en mi casa. 
Siempre hago el mismo recorrido: Abro la puerta. Voy y me sirvo un vaso de agua. Subo las escaleras. Abro la puerta de mi cuarto. Es difícil ver sin luz. Aún así, siempre atino a la llave correcta en el llavero. Nunca tiro agua de mi vaso. No tropiezo en ningún escalón.

Me abstengo de prender la luz. Lo único que me muestra eso es que nada ha cambiado. Que el día es igual a todos los otros días. Y que a nadie realmente le importa si enciendo la luz o no más que a mí mismo.

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