17.01.2012

Sin título

Me ha costado trabajo concentrarme al leer. Trato de leer sin pasar los ojos por las palabras y recitar en mi propia voz, para mis adentros, lo que veo. Llevar la desagradable sensación de sentirse consciente de algo que debería ser automático, como la respiración, los parpadeos o los pasos que da uno, eso no da tregua. Pero así paso los días, y le he perdido el gusto a la conversación. No puedo hacer nada más que observar como la otra persona me habla, sin el desasosiego de no saber lo que diré por respuesta. Es una incomodidad que no se va. Ni siquiera escribir estas piezas sosas me da paz, sólo me distrae un poco. He perdido las ganas de leer, y de escribir.

2 Kommentare:

  1. También me ha pasado, a veces escribes, vacías como un vómito ideas e ideas que parecen carentes de elocuencia y a veces quieres leer y entre las páginas aparece la conciencia del pensamiento cotidiano, mata y no es fácil de sobrellevar

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  2. Pues, no soy nadie para decirle que hacer. Pero no lo haga, a pesar... Siga escribiendo, para muchos y para mí eso reconforta el alma. A veces los mejores escritos vienen de la nada, a veces de la nada surge algo, y es entonces cuando escribimos las mejores historias.

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