09.07.2010

Arranque en falso

Después de tres falsos intentos de comenzar a leer un libro, me volqué a la escritura. No pude escribir nada de valor, y me volqué a la observación. Estaba confinado a mi cuarto, así que salí. Bajé las escaleras para servirme un vaso de agua. Después me senté, nada había cambiado. Miré por la ventana y era de noche. La calle estaba sola, era ya tarde. No habría nadie aunque fuera más temprano, vivo en las orillas de la ciudad, y hay un portón a la entrada para que no entre la gente que no debe de entrar. Pensé en eso un rato, pero el pensamiento era trillado. Seguí sin escribir nada. Seguí sin conseguir distraerme. Me volví al cuarto, y cerré la puerta. Estaba confinado otra vez. Me acosté en la cama, no podía conciliar el sueño. Me torné al libro, otro falso intento. Lo dejé y traté de concentrarme en los pensamientos que me distraían. No pude discernir qué eran, supongo que eran sentimientos entonces. Traté de recordar qué me ponía melancólico, y barajé algunas razones. Todas ellas eran personas. Las quité de mis pensamientos y nada cambió. Pensé en si habría algo más detrás de todo esto. Seguí distraído sin poder apuntar mi atención en ninguna cosa, pero sin poder vaciar mi mente de pensamientos. Pensé que si realmente estaba pensando algo, podría escribirlo. Me torné al lapiz de nuevo pero como siempre, me enfermó escribir algo que tuviera referencias directas a mi persona. Pensé en porqué se me hacía difícil escribir acerca de la vida cotidiana, pero al hacer ficción autobiográfica no cuesta tanto trabajo. Pensé en que las personas que leen algunas cosas que escribo jamás saben hasta qué punto esta línea o la otra son realmente cosas que pienso, o solamente cosas que escribo. Luego pensé en lo cobarde que era eso. Después me repetí de que estaba cansado de decir cosas así, que mejor ni siquiera pensaría qué pienso de mí, y que me dedicaría a enjuiciar a los demás. Después de todo, eso es lo que hace la mayoría de la gente. Después, leí estoy que acabo de escribir y me dije que daba tanta vergüenza, que solo restaba hacer una de dos cosas: destruirlo o publicarlo.

1 Kommentar:

  1. Tomaste una buena decisión: Publicarlo.

    Todo estará bien,dale tiempo. :)

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