11.02.2010

Cansancio

No se puede escribir nada cuando uno carga con un manto de cansancio sobre sí. La lucidez se va. Todo dentro de uno corre lejos y abandona el barco, las energías se van a dedicarse a cargar la propia alma. No es ningún misterio pues, que las clases trabajadoras sean tan miserables. El cansancio elimina la vida interna, debilita el espíritu. Es cargar con la marca del trabajo, del desvelo, de las noches sin descanso y los días sin fin, en fila uno tras el otro.

Después de un tiempo se llega a estar tranquilo. Vivir en un estado soporífero arrebata las energías para sentirse mal, para sentirse, para sentir. Ya nada puede explotar, nada puede encenderse, nada puede vivir, nada puede morir dentro de uno. Al final, el descanso tan buscado no repara nada, simplemente extingue el sentimiento. Después de llevar el cansancio a rastras durante un par de días, se vuelve parte de uno. Hay veces que vivo cansado, y ningún sueño parece remediarlo.

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