26.05.2010

Despeñadero

Todos desfilando, entre torres blancas,
caminando en marcha solemne sin soltar palabra,
donde uno empuja al otro,
uno empuja al otro.

Tirando rocas al abismo,
deseando no oir su sonido,
y que el aire no las roce,
que queden suspendidas,
y que al caer nosotros,
se rompan nuestros huesos,
en un tremendo goce.

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